APM Soluciones Energéticas incluye en su instalación básica;

• Desinstalación y retirada de la caldera antigua.
• Instalación de la caldera nueva en el mismo sitio conectando las tuberías de agua fría y caliente, ida y retorno de calefacción y gas.
• Colocación de la salida de humos incluido un agujero pasamuro si fuese necesario.
• Colocación de 2 metros de tubo plástico conectado a desagüe.
• Certificado
• 5 años de garantía TOTAL

La instalación de una caldera de condensación conlleva tres aspectos fundamentales

• Caldera: instalar la caldera consiste en conectar las tuberías de agua fría, agua caliente, ida de calefacción, retorno de calefacción y gas.
• Salida de humos: La salida de humos consiste en dos tubos concéntricos, uno dentro de otro. la particularidad de la salida de humos de una caldera de condensación es que al instalarse debe hacerse con una pendiente ascendente de al menos el 3% hacia el extremo (normalmente, si se instala el kit básico que incorpora la caldera se puede dejar sin pendiente ya que el tubo interior ya incorpora ese 3%). Hay que tener en cuenta la salida de humos que admite cada caldera ya que en caso de requerir más metros de los permitidos el sistema de salida de humos cambia.
• Desagüe: se las denomina calderas de condensación porque durante su funcionamiento en calefacción (alguna también en agua caliente) pueden producir condensados que deben ser eliminados, por lo que se necesita un desagüe para ello.

Instalar un sistema de regulación de temperatura (Termostato) es mucho más importante de lo que parece ya que afectan tanto al confort como al ahorro. Las ventajas de instalar un sistema de regulación (termostato) son;

• Comodidad; nos permite tener siempre una temperatura ideal según nuestras necesidades.
• Ahorro; al tener la temperatura siempre ajustada nos permiten ahorrar gas de manera considerable y por tanto también en nuestra factura de gas. Incluso pueden combinarse con una sonda exterior que permiten mejorar la eficiencia energética de la caldera (Clasifiación A pasa a A+).
• Programación horaria: son muy comunes los sistemas de regulación que nos permiten programar horarios de encendido y apagado de la caldera, por semanas, por días, por franjas horarios dentro de un día, etc… así como la temperatura en cada una de ellas.

Hay que tener en cuenta varias cosas a la hora de elegir qué caldera instalar.

• Cantidad de agua caliente que necesitamos que nos suministre la caldera
• Superficie que hay que calentar

Hay otros factores que pueden influir a la hora de elegir nuestra caldera como puede ser;

• Eficiencia energética y consumo; aunque ya todas las calderas son de condensación y de bajo consumo, hay unas más eficientes que otras y que permiten por tanto consumir menos lo que reduce nuestra factura a final de mes. Es importante en éste aspecto fijarse en la modulación de la caldera, ya que cuanta mayor modulación tenga mejor será su ajuste en consumo en función de la demanda que pidamos y por tanto menor será el gasto de gas y menor será nuestra factura.
• Microacumulación; hay calderas que vienen equipadas con un pequeño depósito que mantienen una cantidad de agua siempre caliente para tenerla de forma casi inmediata al abrir un grifo o una ducha e incluso evitar que la caldera arranque si la demanda es pequeña. Hay otros sistemas que, sin llegar a cumular, pueden mantener agua precalentada con un resultado muy similar al de la microacumulación .

• Calderas mixtas; son las calderas más comunes ya que pueden suministrar tanto agua caliente instantánea como calefacción, todo ello con un solo aparato lo que reduce el espacio necesario para su instalación y también el coste.
• Calderas sólo calefacción; como su propio nombre indica son calderas diseñadas para proporcionar únicamente servicio de calefacción, no de agua caliente y se suelen usar para calentar superficies grandes. Si fuese necesario suministro de agua caliente y no hubiese una una caldera mixta que cubra nuestras necesidades, se suelen instalar un sistema alternativo de producción de agua caliente. El más común suele ser un interacumulador aunque hay otros sistemas como puede ser incluso un calentador a gas.

Mantener tu hogar cálido durante los meses fríos puede ser costoso, pero con algunos ajustes simples, puedes reducir significativamente tus gastos en calefacción. Aquí te presentamos cinco consejos prácticos para ahorrar energía y dinero:

1. Ajusta la Temperatura de tu Termostato: Ajustar la temperatura del termostato es una forma fácil de controlar los costos de calefacción. Durante el día, establece una temperatura moderada y disminúyela por la noche o cuando no estés en casa. Incluso una disminución de unos pocos grados puede marcar la diferencia en tu factura de energía.

2. Sella las Fugas de Aire: Las fugas de aire en puertas y ventanas son una de las principales causas de pérdida de calor. Asegúrate de sellar cualquier brecha utilizando burletes, selladores o cortinas gruesas. Esto evitará que el calor escape y mantendrá tu hogar más cálido de manera eficiente.

3. Aprovecha la Luz Solar: Aprovecha al máximo la luz solar durante el día abriendo cortinas y persianas. La luz solar natural no solo proporciona calor, sino que también puede elevar la temperatura de tu hogar de manera natural, reduciendo así la necesidad de utilizar la calefacción.

4. Programa tu Termostato: Instala un termostato programable para adaptar la temperatura de tu hogar a tus horarios diarios. Programar la calefacción para que disminuya cuando no estás en casa o durante la noche puede generar ahorros significativos a lo largo del tiempo, sin comprometer tu comodidad.

5. Mantenimiento Regular del Sistema de Calefacción: Un sistema de calefacción eficiente es clave para ahorrar dinero a largo plazo. Asegúrate de realizar un mantenimiento regular, como cambiar los filtros y programar inspecciones anuales. Un sistema bien mantenido funcionará de manera más eficiente, consumiendo menos energía y reduciendo los costos asociados.

Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de un hogar cálido y acogedor sin comprometer tu presupuesto. Pequeños cambios en tus hábitos y en el mantenimiento de tu sistema de calefacción pueden marcar una gran diferencia en tus gastos energéticos.